Sonríe, sólo sonríe

Qué bonito llegar a un país y que cuando te bajes del avión todas las personas te reciban con una sonrisa y un “bienvenida a Guatemala”. Francamente eso lo pone a uno de muy buen humor, me hicieron sentir como si me estuvieran invitando a pasar a su casa. De momento no puedo recordar algún otro lugar donde me pasara algo similar.

Hoy cumplo 50 años

Durante años me sentí inadecuada, el tamaño de mi cuerpo, mis habilidades sociales, mi forma de relacionarme con otros hicieron que me escondiera de la vida. Esta misma sensación me provocó que me perdiera o evitara muchas experiencias, algunas de forma inconsciente y otras, en las que yo estaba convencida que no eran para mi.

Ni turista ni viajera, así sin etiquetas

Leo comúnmente en revistas y blogs de viajes sobre las grandes diferencias entre turistas y viajeros. Al parecer a los más expertos eso de ser turista les parece un poco despreciable -por decir lo menos- que si solo visitas ciertos lugares a los que todos van, que si no interactúas con el entorno, que si todo el itinerario está planeado, entre muchos otros juicios que reprueban.