Lo que dicen de trabajar con Coach Adrix:

Aparentemente no fui a ningún lado, pero viajé; de eso estoy segura. Y viajé hacia mi interior, hacia los lugares más recónditos de mi conciencia sin mapas ni planes, pero con la certidumbre de que llegaría al otro lado. Un salto de fe, dirían algunos. Un voto a mi yo del futuro. Regresar de viaje presenta varias tareas: deshacer la maleta, lavar ropa, colocar el imán en la puerta del refri y encender el modo ya volví. Del viaje interior no se regresa, se sigue. En este seguir es cuando sucede la sacudida de realidad y en donde -invariablemente- se me mueve el piso de formas distintas: ando silenciosa, atenta a los ajustes de mi vida y en un sin-saber cómo describir mis emociones, salvo tener la sensación de estar asentándome en la nueva realidad. Nada ha cambiado, pero todo es diferente. Siento libertad, la libertad de ser yo.