Viajo para sufrir (y además llegar a mí)

Viajar en general no es tan glamoroso como las fotos que compartimos. Detrás de un viaje existen desveladas, levantarse en horas que ni las gallinas, incertidumbres, hablar con (y confiar en) desconocidos, dormir en una cama que no es la tuya y que cuando apenas te estas acomodando en ella ya te tienes que levantar o cambiar de hotel. Pedir sin saber a ciencia cierta que estas comiendo cuando no conoces el idioma. En definitiva hay mucho de sufrimiento que el placer del mismo viaje acaba compensando.

Cuando me preguntan qué tipo de viajera soy ni yo misma me puedo responder ya que viajo en familia, en pareja, con amigos, en tours o sola. A veces invierto mucho dinero otras no tanto; me hospedo en grandes hoteles o en pequeños B&B; igual como en restaurantes elegantes que en puesto de la calle; rento auto, tomo taxi o uso bicicleta. Mucho depende del país que visite, de mis acompañantes y de mi estado de ánimo viajero.

Y yo viajo sola primero porque tengo la opción. Porque a pesar de mis miedos, inseguridades y la opinión de los demás es un deleite ir acompañada de mí. Y porque uno de los días más felices de mi vida fue cuando descubrí que soy mi mejor compañera de viaje.

Viajo sola porque en momentos no encuentro una mejor compañía que mis pensamientos. Porque cada paso que doy me da la oportunidad de conocerme más. En ese diálogo interno puedo reconocer mis fortalezas y aciertos. Además de ver en donde claramente la estoy regando y puedo hacerlo mejor. Así, cada travesía se convierte en una aventura en donde el viaje más importante es el interior. Estoy segura de que cada viaje es la oportunidad perfecta de llegar a mí.

¿Y si haces un viaje interior?

¿Y si…sí?

Author: Coach Adrix

Soy Coach Adrix, te acompaño a reinventarte profesionalmente y conectar con tu segundo aire profesional.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.