Hace una semana volaba de vuelta a la Ciudad de México desde Nueva York en un vuelo de un poco de más de 5 horas, tan cansada de haber pasado los últimos días caminando la ciudad, que ansiaba subirme al avión para dormir todo el camino.
Hace una semana volaba de vuelta a la Ciudad de México desde Nueva York en un vuelo de un poco de más de 5 horas, tan cansada de haber pasado los últimos días caminando la ciudad, que ansiaba subirme al avión para dormir todo el camino.