Un año más, un año menos y ya suman 53

Los cincuentas

Desde que cumplí los cincuentas han pasado tres años, una pandemia y muchas cosas que dan como para un libro. Fiel a la costumbre que empecé desde entonces lo celebro haciendo una de mis actividades favoritas; escribir. Aquí el primero de ellos.

El cumplir una nueva vuelta al sol me parece una buena oportunidad para compartir algunos de los aprendizajes que me deja este ciclo que termina. Más considerando que estoy en uno de los periodos más condenados en la mujer actual: los cincuentas que es como un sinónimo de envejecer.  

Sí, ya sé, no luzco de 53 ni que estoy en los cincuentas y al parecer eso debería ser uno de los halagos más grandes que podría recibir. A mí la verdad eso me causa malestar. Lo siento como si tuviera que borrar esos años que no me calculan y que justo son los más recientes.  Esos que dados los tiempos que nos están tocando vivir son un ejemplo de resiliencia, fortaleza, tolerancia y un largo etcétera.

O quizá sea porque hace tiempo me salí del juego perverso en el que tienen a las mujeres. Ya sabes en el que hay que tener cierto peso, tez, color de cabello y ahora, piel sin arrugas. Lo siento, pero ya no cuenten conmigo para seguir perpetuando esos estereotipos. Escribí todo un libro de ello que estoy por publicar y tengo dos más en el tintero.

Para mí llegar a los cincuentas y envejecer es un honor. Seamos claros, no todos lo van a vivir y muestra de ello es que en los últimos años hemos visto a muchos partir. Y si bien no tendrán que lidiar con el desgaste del cuerpo o generar ahorros para sus últimos años tampoco serán testigos de la transformación del mundo que estamos atestiguando.

Quizá de lo que más me emociona desde que llegue al quinto piso es como ha estado cambiando el mundo. Con sus blancos y negros esta es una época muy interesante a la que siento que mi madurez me ayuda a ir comprendiendo. Eso sí, estos tiempos y los que vienen van a requerir de una condición de mi parte para no perderme de todo lo que está sucediendo.

Si algo me ha quedado claro es que aprender será la diferencia que haga la diferencia en los años por venir. En todos los aspectos. Soy de una generación que fue educada con mucha información que ha caducado. Eso me pone en el reto de desaprender mucha de ella para instruirme en la nueva. Por fortuna el aprendizaje le hace muy bien a mi cerebro para que se mantenga en un estado óptimo además de que es algo que me gusta mucho.

El otro gran tema es uno del que siempre se ha hablado. Solo que hasta que llegué a los cincuentas he estado experimentando: cuidar la salud. Mi cuerpo definirá la calidad de mi vejez y yo tengo que hacer mi parte para que me acompañe en este camino. Desde cuidar de lo que lo alimento hasta el ejercicio. Este año padecí una enfermedad, que, si bien no fue grave, me dio un buen aviso de como vendrán las cosas en un futuro. Así que mejor invertirle a ello.

Y, por último, también acorde con los tiempos está el reinventarse. Que bien vale la pena irse acostumbrando a ello y capacitándonos en adquirir las habilidades para cada vez hacerlo más rápido y mejor porque seguro esta será la tónica del futuro.  Gran reto también para mi generación que crecimos con la idea de que nos íbamos a dedicar toda la vida a una cosa y no. Ayer fui contadora, hoy soy coach y escritora, mañana quien sabe en qué ande. Más considerando que a cómo va el mundo hay muchas nuevas profesiones que se están gestado y que estamos por conocer.

¿Y si envejeces bien?

¿Y si…sí?

Author: Coach Adrix

Soy Coach Adrix, te acompaño a conectar con tu segundo aire profesional,

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.