Hay días en los que temo envejecer, es una preocupación un tanto ilógica ya que es inevitable, es más, si corro con suerte viviré para verlo. Cumplí muy contenta cincuenta años, tan contenta que hasta diseñé un festejo que durará todo el año. Me siento en plenitud de vida, con libertad, proyectos y acompañada de personas maravillosas.
Peroooooo también hay un tema físico, odio decirlo y aún estoy lidiando con ello para aceptarlo: mi cuerpo está envejeciendo (Plop – respiro hondo). Ya no puedo leer la letra chiquita, necesito lentes, este año por primera vez tuve que empacarlos para las etiquetas, instrucciones y hasta menús.
Tengo un par de meses con bochornos que van y vienen, signo inequívoco de la llegada de la menopausia, que me ha causado sentimientos encontrados. También mi paso no es tan ágil como a los 20’s y la ley de gravedad está haciendo efecto en mi cuerpo, de repente me encuentro pensando ¿si me opero los senos?, ¿si me quito la papada? ¿si me hago la lipo?
Estoy frente a un nuevo reto de aceptación, aceptar que mi cuerpo está cambiando, que los signos del envejecimiento se hacen presentes y que cada año serán más evidentes. Honestamente no me veo, al menos no hoy, corriendo esta aventura en contra, ya sabes recurriendo al botox, a las cirugías, a las jornadas exhaustivas en el gimnasio y más que nada porque pienso que una vez que tomas esa vía, ya no paras y nunca es suficiente, en mi caso sería como reiniciar el camino de aceptación que emprendí hace años con mi cuerpo como te conté en Cuerpo de playa.
Envejecer es un proceso natural en el cual tenemos injerencia. Sí, las decisiones que tomemos cada día sumaran o restaran al proceso del cuerpo y también de la mente.
Lo que más me asusta de envejecer es que mi mente y mi espíritu se apaguen, que en el camino pierda el entusiasmo por vivir, por experimentar, por descubrir cosas nuevas, por visitar países desconocidos, por aprender algo distinto, por conocer gente, por probar.
Para mi fortuna estoy llegando a los 50tas en un buen momento en el que la edad se está re-definiendo y cada vez hay más espacios que inspiran y muestran como esta edad es una excelente oportunidad de revisar el camino andado y en caso de ser necesario hacer los cambios que correspondan para que la segunda mitad de la vida sea aún mejor que la primera.
Literal, agarrar un segundo aire para que el impulso no permita que mi mente y espíritu se apaguen.
¿Y si te reinventas?
¿Y si…sí?
En mi canal de youtube tengo un par de entrevista de cincuentones que están en proceso de reinvención y evitando que su mente envejezca.
"5 bloqueos que no te permiten reinventarte profesionalmente cuando estás por llegar a los 50"
Descarga el e-book