
Recién platicaba con un amigo de un viaje que hice al lejano oriente, en algún punto de la conversación me hizo esta pregunta:
¿Y por qué te fuiste en una excursión?
Escucharla me desconcentró del tema y se me quedó rondando en la cabeza, de vuelta a mi casa caí en la cuenta de que mis últimos viajes había decidido irme en tour, como una forma segura de viajar, yo pensaba en términos de seguridad, de mi integridad física, que si voy sola, que si el idioma, que si es muy lejos, etc.
Y claro también por una razón de comodidad, en un tour me marcan el camino, me llevan a los lugares que hay que conocer, me indican el tiempo a permanecer en dichos lugares, dónde comer y hasta en qué momento me toca ir al baño; la verdad sí es muy cómodo, en algún viaje hasta me he ido a un lugar nuevo sin saber nada del mismo, sin haber investigado, además no tengo que tomar muchas o casi ninguna decisión y literal me dejo llevar, eso me hace una turista acomodada… en mi zona de confort.
En esos viajes, si no fui a cierto lugar (que después me enteré que era “El lugar”, o no probé la comida típica, que resultó que no era la que yo creía) yo sólo decía: no me llevaron en el tour.
Y añoraba aquellos viajes en los que me aventuré por mi cuenta (sola o en compañía), investigué antes de irme, decidí qué lugares quería conocer, qué y dónde comer y hasta me aventuré a tomar otra ruta, a hacer cambios de planes e improvisar. Además, estando a cargo tengo que mantenerte alerta para hacer todo eso y no perderme o si me pierdo, ver cómo lo resuelvo, fui una aventurera.
Y entonces me di cuenta que esto también lo hago en mi vida, mucho tiempo lo he dedicado a ser turista, esa a la que le indican a donde ir, qué ver, qué hacer con el cuándo y dónde incluido, como a mucho otros. Y más aún, si algo no pasa o no sale como se supone que debe ser, pues yo no soy responsable (el asunto es que acá no puedo hacer responsable al agente viajero).
También me di cuenta de que cuando soy viajera, estoy a cargo, soy responsable de mí y de mis decisiones, soy libre, pero más importante estoy alerta para poder improvisar, para hacer cambio de ruta, para tomar decisiones, para ir a donde yo quiero, porque si me pierdo pues me voy a buscar, es vivir en consciencia y en presencia de mí.
¿Y si eres viajero en tu propia vida?
¿Y si…sí?
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Viajar para algo más que salir, viajar para algo más que mirar, viajar para ser viajante… para despertar siendo más, me encanta ver los caminos de tu historia. Me encanta verte disfrutar el viaje.
Querido May gracias por escribir y por acompañarme en este viaje llamado vida, me encanta que seas parte de ella!
Mucho tiempo fui ‘la viajera de un tour’ por la vida, hasta el momento en que uno de mis hermanos hombres me dijo: “hermana, no vivas la vida que nuestros padres quieren; vive tu vida, toma tus decisiones y vive conforme tu carácter y decisiones te lo dicten. No podemos vivir la vida de los demás”. Y desde ese día trato de compartir mi viaje con algunas personas favoritas de mi mundo pero, no los hago decidores de mi vida. Hoy son mis acompañantes y tengo una vida que volvería a elegir una y mil veces. Gracias por compartir, @AdrixArris
Gracias Lili por tomarte el tiempo de escribir, soy testigo del viaje de tu vida del que estas cargo y del piloto que hoy eres de tu pequeña, abrazos!
Me encanta esta nueva aventura que emprendes con tu Blog y poder ser partícipe de ella.
Estoy empezando una nueva travesía en mu vuda y tu experiencia como viajera me nutre.
Gracias por cada comentario y cada pregunta. Me movilizan, me motivan y sin duda me ayudan en la planeación de ni viaje. Un abrazo.
Euri, gracias por comentar la entrada y por ser partícipe de ella sumando experiencias, abrazos!