5 cosas que aprendí en la cocina de la vida

Cuando me mudé de la casa paterna para vivir por mi cuenta me suscribí al mismo periódico que recibíamos cada mañana y en mi primera ida al supermercado compré la despensa habitual de cuando mamá me mandaba por las compras, a la semana descubrí que la mitad de la comida se me había echado a perder y que el periódico se amontonaba sin ser leído. Era claro que las viejas formas, esas a las que estaba acostumbrada, no estaban encajando en mi nuevo estilo de vida.

En los primeros días de contingencia descubrí que algunas cosas tendrían que ser distintas, entre ellas que, si quería comer rico, como cuando salía a restaurantes o iba a casa de mis padres me tocaba entrarle a la cocinada, esa a la que por años aspiré pero que por múltiples razones pospuse.

Cocinar está siendo un deleite de experiencias, gozo el tiempo que invierto en prepararme algún platillo y he descubierto que está siendo también una fuente inagotable de aprendizajes, algunos de los cuales te conté la semana pasada y a los que sumo estos:

1- Para no desperdiciar nada, busco como integrar aquellas verduras o cualquier alimento que ande por ahí olvidado, también toca aprovechar todos mis recursos personales, incluso aquellos que había olvidado que tenía porque estaban empolvados, como pedir apoyo a la red (aplica para las recetas y vida en general).

2- Cuando intenté al mismo tiempo picar cebolla y freír ajos, estos se me quemaron y me corté un dedo así que me di cuenta de que había que estar presente, sin distracciones, como cuando me pierdo de lo que está sucediendo porque ando distraída con el celular o clavada en el pasado.

3- Aprender formas nuevas y reemplazar las que ya no funciona, mi abue refreía el aceite, usaba el mismo una y otra vez para economizar, con el tiempo supimos que eso no era bueno para la salud, así que hoy me deshago del sobrante en una botellita que tiro en la basura para que contamine menos.

4- Confiar en mi instinto y sabiduría que, aunque la pasta diga que está en 12 minutos si tengo duda la dejo un rato más, sobre todo cuando estoy aprendiendo.

5- Que nunca sabré de lo que soy capaz hasta que lo intente, de lo que me hacía dudar en cocinar era que según yo no tenía sazón y no me quedaba rica la comida, eso que creía de mí ha quedado en el pasado, ya nunca más diré que hago comida de supervivencia (así le llamaba a no pasar de hacer sándwich y quesadilla), ahora cuando me pregunten si cocino con naturalidad responderé que sí.

En este tiempo que he pasado cocinando he recordado mucho a mi abue Ana que era una gran cocinera y de quien aprendí mucho por lo que también he dedicado este espacio a honrar a las cocineras de mi familia; a Mamá, a San, a la tía Ele y Estela y todas las mujeres de mi linaje que han sido influencia en este y otros ámbitos de mi vida.

¿Y si cambias viejas formas?

¿Y si…sí?  

Si te pasa que dudas de ti y de lo que eres capaz de lograr “Ruta al Gozo” es para ti, en el programa de 5 meses conseguirás ganar en confianza, aplica para tu visa al Gozo aquí para que platiquemos o quizá quieras iniciar con pequeños pasos en el Reto de 7 días para invitar al Gozo en tu vida aquí toda la información.

En el vídeo de la semana pasada les conté de mis primeros aprendizajes en la cocina:

El gozo en tiempos adversos – ¿Qué necesito para salir de esta situación?

Author: Coach Adrix

Soy Coach Adrix, te acompaño a reinventarte profesionalmente y conectar con tu segundo aire profesional.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.