Años coleccioné recetas de cocina, compré cuanto artículo culinario me deslumbraba y miré por horas programas de chefs mientras todas las noches seguía cenando quesadillas (tortilla con queso), es probable que sin contingencia yo siguiera igual, pero, como a muchos en estos días, por fin me atreví a entrarle a la cocinada.
Ayer, mientras cocinaba un platillo un poco más elaborado, pensaba en que muchos de los recursos que he utilizado para aprender a guisar los voy a necesitar para salir de esta situación post- contingencia en la que los retos van a ser fuertes.
Cuando se me antoja algo leo un montón de recetas y veo distintos vídeos de preparación para conocer los ingredientes y la forma de hacerlo, pero al momento de prepararlo improviso y le agregó mi toque, el cual por cierto estoy desarrollando, así para salir delante de la situación actual tendré que investigar, buscar a los que ya lo hicieron y sumarle mi creatividad para hacerlo de una forma que sea armoniosa y amable conmigo.
He descubierto que sí creo que esa receta no me saldrá el resultado es poco comestible y que cuando estoy convencida de que lograré hacerla, el platillo me queda mejor, igual si pienso que lograré salir adelante, y no, no es por decretarlo es porque mi cerebro buscará todas las oportunidades para confirmar eso que pienso.
Hacer haciendo, no tuve ningún progreso en la cocina hasta que empecé a cocinar, por más que pasé tiempo juntando información hasta que le prendí a la estufa y empecé a cortar y picar no pasó nada, igual en la vida, si no me atrevo y arriesgo seguiré en el mismo lugar, planeando.
Aún no he encontrado la mejor preparación de chilaquiles, semana a semana he ido haciendo cambios y sigue sin convencerme por completo, no dejo de reconocer que me quedan ricos, pero no claudico y lo sigo intentado hasta que me salga, así habrá que buscarle a la situación, continuar mejorando y recordando que me sirve más preguntarme ¿cómo lo que puedo mejorar o hacer distinto? a enfocarme en lo que salió mal.
Tras prepararme una ensalada caprese con el mejor pesto del mundo (je es que me quedó muy rico) descubrí que no sabía que era un pesto, así que me fui a investigarlo, encontrando que es una salsa de Liguria, región de Italia donde su capital es Génova, también lo busqué, porque para cómo andan los tiempos no estoy para asumir nada.
Suena simple, sí, sencillo no porque aplicarlo tiene sus complicaciones, así me paso con el capeado de los chiles rellenos que no quedaron muy presentables. Todavía tengo más recursos que gracias a que me atreví a empezar a cocinar he identificado, los otros te los cuento la siguiente semana.
¿Y si te atreves?
¿Y si…sí?
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Te comparto el vídeo de la semana pasada donde platicamos de como la vida no está en pausa y la importancia de celebrar.
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