Transformación profesional a la mitad de tu vida

La vida es un sinfín de cambios. Nuestro entorno cambia, así como nosotros con los propios eventos de nuestra existencia y conforme acumulamos años. Si esto es así, cómo es que seguimos pensando que a lo largo de toda nuestra vida solo desempeñaremos una profesión y que no habremos de tener al menos una transformación profesional.

Durante treinta años ejercí como Contadora. La mayor parte de ese tiempo gocé profundamente desempeñando esa profesión. Y no que todo fuera felicidad y perfección. No, tiempos difíciles hubo y muchos. Retos infinidad, pero aún en los momentos más álgidos siempre hubo esas mariposas en el estómago y esa energía que me hacía llegar a trabajar con la ilusión de sacar adelante el negocio.

Hasta que de a poco, como una vela, se me fue consumiendo el entusiasmo. Ya no me causaba el mismo interés y empecé a encontrar más defectos que virtudes a lo que hacía. Era evidente que esto no se resolvería cambiando de trabajo por otro donde desempeñaría algo similar.

No, a la par de esta carencia de entusiasmo y desinterés existía una energía nueva y pasión por el Coaching. Con claridad podía volver a sentir esas mariposas y ganas de algo distinto. Ganas que hasta había olvidado que existían.

Resulta absurdo que tengas que ceñirte de por vida a aquella profesión que decidiste a los 20 años.

Menos cuando en ese tiempo sabes tan poco de ti. Además de que tengas que ignorar los nuevos intereses que con los años vas adquiriendo y que algunos de ellos se convierten en pasiones que gritan ser exploradas y puestas en práctica. Suena ilógico no pensar que en algún momento surgirá la semilla de una transformación profesional.

El asunto es que mi generación creció sin esa posibilidad de cambiar de profesión. Si de por si en mis tiempos los empleados que cambiaban de forma constante de trabajo eran vistos como personas faltas de compromiso e inmaduros que no sabían lo que querían. Peor pensar en realizar otra actividad. Esa fue una de las ideas por la que yo trabajé 20 años en la misma empresa. Aquí escribí de ello link.

Por fortuna las generaciones posteriores a la mía ya crecen sabiendo que a lo largo de su vida cambiarán 3 o 4 veces de profesión. Incluso por profesiones que aún no existen y que en un futuro surgirán. Si yo hubiera crecido con esa consciencia de cambio no me hubiera tardado 5 años en moverme de Contadora a Coach. Justo mi propia capacitación como Coach me dio las herramientas para lograr concretar ese cambio.

Porque con todas esas creencias que traemos arrastrando sé que no es fácil dar ese paso, menos cuando los 50 años ya están cerca. Entre mi grupo de amigos al menos 4 de ellos ya ven con claridad ese desinterés por su profesión actual y sienten esas mariposas que les están llamando a la transformación profesional.

Esta es una de las razones por las que estoy dándole un giro a mi negocio de Coaching. Sé lo que es estar en ese círculo vicioso donde te sientes atorado y no encuentras el camino de tu reinvención profesional. Porque para darle alas a esos nuevos anhelos hay que trabajar en sacar toda esa paja que ronda en nuestras mentes y diseñar un plan para dejar esa profesión que ya no satisface como antes.

La buena noticia es que es posible transformarte profesionalmente, aunque estés por llegar a los 50. Eso sí, hay que hacerse de las herramientas materiales, mentales y emocionales para concretarlo. Por fortuna hoy existen grandes profesionales que te pueden ayudar con ello. Basta que tomes la decisión de hacerlo y dar ese primer paso para salir de donde estás.

¿Y si te animas a reinventarte profesionalmente?

¿Y si…sí?