
Ya había escrito como algunas personas me miran con conmiseración cuando les cuento de algún viaje que hice sola. También en aquel momento contaba que unas de las razones para hacerlo es que puedo y me gusta. Saber que esta es una de las posibilidades que tengo, me encanta. Sé que no es la única, más el simple hecho de saberlo me hace pensar en destinos y momentos en los que decido viajar sola link.
Algunos dicen que todos deberíamos viajar solos al menos una vez en la vida, yo creo que es una opción y un reto en particular para algunos, para mí ha sido una experiencia que ha intensificado lo que aprendo de mí al viajar y en la vida misma y hasta reconocer almas bondadosas en el camino.
Como cuando en el 2009 visitaba Argentina y en Buenos Aires me tropecé y caí estrellándome la cara en el piso. Dos hombres me ayudaron a levantarme y me ofrecieron acompañarme a un lugar seguro. Yo viendo estrellitas por el golpe decliné la ayuda y aún mareada seguí caminando. Ahí pude reconocer mi incapacidad para aceptar ayuda, ya ni me pregunten por la capacidad de pedirla, esa estaba aún más escondida.
O como en el 2012 en mi viaje a la India. Cuando tuve la posibilidad de hacer una escala en Paris de varios días por mi cuenta, pero por miedo no lo hice. Pensando que por cuestiones de la edad esa ya no era una posibilidad. Eventualmente descubrí que era una idea en mi mente que provenía de una sensación de estar atrapada en mi cotidianeidad. Cinco años después me atreví y tuve uno de los mejores viajes de mi vida recorriendo esa ciudad en mi compañía.
El viajar sola me ha mostrado que puedo llegar a donde me lo proponga. Es una sensación a la que recurro cuando emprendo proyectos personales. También me ha mostrado que puedo conocer personas nuevas y empatizar con mentes opuestas a la mía. Este recurso también lo aplico en mi presente. Ahora puedo reconocer que en situaciones desconocidas que requieren resolverse de inmediato puedo solucionarlas. Y que así como viajo atenta y en presencia de mí puedo hacerlo en mi propia ciudad.
Lo maravilloso de viajar sola es que me traigo a casa, además de los propios recuerdos del lugar, recursos propios que puedo utilizar en mi vida diaria y hasta tarea de crecimiento. Cuando pienso en situaciones con las que me costó trabajo lidiar durante mi travesía y que decido resolver en mi vida diaria.
¿Y si viajas solo?
¿Y si…sí?
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