Viajar te regala paciencia

En publicaciones anteriores escribí sobre cuáles son las razones por las que viajo y ahora que recién desempaco de mi último viaje descubrí que nunca mencioné que una de ellas es la paciencia.  Según  la real academia de la lengua paciencia es la capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse.

En este viaje, más que en otras ocasiones,  me di cuenta que al viajar nos toca ejercer la paciencia. Claro siempre y cuando no quieras pasarla mal ya que de no ejercerla el impacto en tu hígado, así como en tu diversión será considerable. Pero como mi filosofía de vida no va por ahí mejor la ejerzo.

Y es que uno puede empezar a impacientarse desde que llega al aeropuerto y ”hacer fila” se convierte en tu realidad. Para registrarte, para que te revisen, para subir al avión, para bajar del avión, para esperar las maletas, para el transporte, para registrarse en el hotel, para subir al autobús, para entrar al museo, para subir al ferry, para bajar del ferry, para tomarte la foto. Vaya hasta filas para tomarte la selfie y tengas oportunidad de hacer la toma perfecta.

En esta ocasión, quizá por la temporada, coincidí con varias personas de la tercera edad, todas ellas con un ritmo más lento que el mío. Esto se hizo más evidente cuando tomé el ferry para cruzar de España a Marruecos. Había que bajarse del autobús, pasar migración con todo y maleta, bajar las escaleras del muelle y abordar el ferry. Al llegar igual, por momentos la paciencia me abandonaba y trataba de rebasar a las personas para que me dejarán ir a mi ritmo. Pero no, siempre acababa en otro espacio donde me tocaba esperar. Hasta que me reí de mi por querer esquivarla y me dije a mi misma “viajar te regala paciencia”.

Además, otro pensamiento llegó a mi mente, ¿cómo estaré yo viajando cuando llegue a esa edad? pero bueno eso da para todo un tema nuevo. Lo que descubrí es que querer apurarme era pariente de  hoy-salieron-los-lentos-a-la-calle/ y que cuando cambiada mi foco de atención en platicar con mis compañeros de fila en turno  o escuchar música, me relajaba y ni cuenta me daba del tiempo que me tocaba esperar. La paradoja de esto es que ya no era necesaria la paciencia jeje.

¿Y si eres paciente?

¿Y si…sí?

Author: Coach Adrix

Soy Coach Adrix, te acompaño a conectar con tu segundo aire profesional,

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