Y de lo que dejas entrar en tu vida

Esta contingencia ha sacado a la luz muchos de nuestros comportamientos que estaban ahí pero no los queríamos ver. A algunos en las semanas iniciales de esta se nos disparó el consumo de alimentos que nos hacían sentir confort momentáneo, otros se dieron cuenta que sus lugares habituales de comida habían sido alterados.
Las comidas en la oficina o en solitario se trasladaron al hogar, al mismo espacio y personas con las que se pasa todo el día. Con la facilidad de estar en casa algunos se acostumbraron a consentirse con los antojos o acompañarlos en el maratón de series. Hubo quienes se asustaron ante la facilidad de ocultar los kilos extras bajo la pijama o ropa deportiva y se volcaron en controlar todo lo que consumían.
Cualquiera que haya sido tu decisión inicial y como se haya modificado en estos casi 8 meses atendió a lo que te funcionaba. Ahora que si le quieres echar un poco de introspección revisa si estas en algún extremo entre comfort foods o super foods porque como en la vida en la comida también aplica el justo medio. Ahí dónde hay balance y conciencia.
Más allá de que nuestros hábitos alimenticios, que dicho sea de paso gritan lo que no nos atrevemos a reconocer, valdría preguntarnos ¿de qué nos alimentamos?
A veces olvidamos que todo lo que dejamos entrar en nuestro cuerpo y vida impacta. El alimento que consumimos tiene un claro efecto: te alimenta, te da energía, te produce gozo, te inflama, te baja la pila entre muchas variantes. Pero ¿qué hay de lo que permites entrar en tu mente y corazón?
¿Qué emociones puedes tener tras escuchar todo el día las noticias o mirar redes? ¿De quién te rodeas? ¿qué conversaciones escuchas? ¿qué series o películas miras? Y que sin darte cuenta le estás dando cabida en tu vida.
Me sorprende encontrar personas que son muy estrictas en su alimentación, ni por equivocación consumen un alimento que no los nutre, pero igual dan cabida a chismes o andan con alguna persona tóxica. Y es que si solo cultivas una parte de ti estás dejando de lado a las otras. Somo seres con un cuerpo, mente, corazón y espíritu, ver por cada una de ellas es cuidarnos en integridad.
No es mi intención decirte que solo mires televisión rosa o que cortes con todas las personas negativas que te rodean, pero igual aplica el justo medio. Te diría que hasta en ciertas ocasiones aplica la dieta de noticias o de personas con la intención de reconectar con nuestro equilibrio.
Hay que ponerle conciencia al asunto porque a cómo andan los tiempos se impone más que nunca cuidarnos de forma integral.
¿Y si te cuidas?
¿Y si…sí?
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